jueves, 25 de marzo de 2010

DÍA 2: "Como lo que tenia que ser un vivac en montaña se convirtió en...¡Como vamos a salir de la jodida placa!

El día amaneció raso y con buena temperatura, la docena de montañeros partimos hacia el valle de Chisagües.
Una vez aparcados los vehículos y calzadas las botas cargamos crampones y piolets en las pesadas mochilas que venían ya preparadas de casa y dando un último repaso al material iniciamos, tal vez unos más nerviosos que otros, nuestro anhelado ascenso.
Risas y bromas con los que tienen menos experiencia y la mochila, con material para pasar dos días y una noche en montaña, parece quedarse pequeña (tranquilos, eso nos pasó a todos).


“Nuestro Desafío Extremo es el Pico Robiñera, una montaña esquiva, compleja y técnica con una ascensión vital, una ascensión de superación personal por pendientes radicales y con una aproximación brutal hasta el collado de Las Puertas”


Uno tras otro fuimos ascendiendo. El primer tramo de subida lo hicimos por una pista forestal cargada de nieve blanda y ganando altura progresivamente hasta llegar al fondo del valle.


Ascendemos por laderas empinadas en dirección al Collado de las Puertas.




La montaña es imprevisible y a tan solo 60m del collado nos encontramos con una jodida placa de nieve que chirrió al pisarla como dándonos la bienvenida. Los aludes de placa son los más frecuentes y los que provocan más accidentes, son frágiles ante una sobrecarga y aunque decidimos bordearla, por lo expuesto del terreno, porque éramos muchos, porque comenzó a nevar y porque al día siguiente teníamos que descender por el mismo sitio decidimos no arriesgar y retrocedimos.


Votaciones para decidir nuestro futuro: Noche en vivac (en lugar distinto al previsto) o noche en refugio. Para disgusto de algún@s el refu gana la partida. Los que están mojados sonrien mientras imaginan la ducha caliente y su ropa seca.

Comienza el descenso y con él la lluvia. El largo, muy largo camino de bajada se vuelve interminable para muchos y temido (sorprendidos por las huellas de un ‘oso’) para otros. Es aquí cuando cada uno pone su ritmo de bajada.
Poco a poco vamos llegando hasta la última curva en la que están aparcados nuestros vehículos. Nos encontramos al pequeño grupo de seis que ha salido hoy de casa y que se han acercado para según lo previsto hacer una comunicación por walkies entre los dos grupos. Les sorprende que hayamos descendido y les contamos todo lo que ha ocurrido. Mientras unos esperan a que lleguen los más rezagados los demás salen hacia el refugio para comunicar que preparen cena para todos.

De nuevo al refu agradable cena todos juntos reviviendo lo que ha ocurrido en el día y contandonos las anécdotas y experiencias.

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